¡Hola!

Hola, ¿cómo estás? Espero que, sea como sea tu día, estés tranquila.

Para mí hoy es un día importante. Esta es la primera entrada del blog de mi proyecto Mdjem que lleva tanto tiempo en mi cabeza y ahora  por fin puedo compartir contigo.

A través de estas líneas, quiero que me vayas conociendo más y, poco a poco, vayas entendiendo el porqué de este proyecto y, con suerte, me ganaré la confianza necesaria de tu parte para que te lances a vivir este viaje de baile conmigo.

Voy a contarte muchas cosas. Empezaré hablando de porqué Camerún. Me lo pregunta prácticamente todo el mundo, y la verdad es que, poniéndome en su lugar, entiendo la curiosidad. Es un país desconocido para mucha gente y no uno de los turísticos del continente africano. En su día, yo tampoco sabía nada e incluso me producía algo de respeto. Me sonaba fuerte, peligroso. Y a saber por qué, porque realmente no tenía ninguna información. Pero, ojo, esta pregunta también me la han hecho muchos cameruneses.

Antes de Camerún, viví en Angola y en Ghana y también pasé algunos meses por Marruecos. Fuera y dentro del continente, había visitado y vivido otros países en diferentes momentos de mi vida. Pero en Camerún es donde me planté.

Si busco razones objetivas para mi elección por Camerún, podría encontrar varias. Por ejemplo, que me dio tiempo a asentarme más intensamente porque fue el país en el que más tiempo pasé. Porque además, ya llevaba otros destinos a mis espaldas lo que me permitió tener un trabajo previo hecho de comprensión, aceptación y respeto de ciertas situaciones y realidades. Porque realmente Douala me resultaba una ciudad muy fácil y práctica para el día a día con mis hijas, porque las playas son alucinantes, porque encontraba que la gente era más sonriente que en otros lugares, porque hice grandes amistades, porque retomé el baile… Pero la realidad es cada país visitado con anterioridad tenía su potencial para enamorarme y que Camerún tiene sus puntos positivos, pero obviamente también tiene los negativos. Así que, ¿por qué Camerún?

Lo que suelo contestar y lo que escribo para ti ahora, es que en realidad enamorarse de un país es como enamorarse de una persona. No responde a ninguna explicación racional.

¿Por qué una persona y no otra? ¿Por qué un país y no otro?  ¡Pero si son parecidos!

¿Por qué uno que no es el tuyo? ¡Pero si son tan diferentes! Imposible de contestar.

¿Por qué en el tercer país y no el primero? A saber, cada momento vital es diferente.

Como en las personas, no es lo que se ve por fuera, es lo que hay por dentro. Lo que no se ve, lo que desprende. Y también, por supuesto, cómo te sientes en ese lugar,  qué experiencias vives.

En realidad es que te gusta como eres con esa persona o en ese lugar. Libre, a gusto, tú misma.

Yo de Camerún entré una y salí la misma, pero más pulida y completa.

Eso no tiene precio.

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